Los limpiaparabrisas deben renovarse cada 10.000 km de recorrido o una vez por año, debido a la degradación o cristalización (endurecimiento) que enfrenta el caucho, por efecto del tiempo, rayos del sol y aguas lluvias. A medida que se degrada el caucho, se pierde la calidad de barrido, apareciendo líneas y rastros que reducen considerablemente la visibilidad del panorámico e incrementa las probabilidades de choque o accidente.
Cuando el panorámico pierde visibilidad bajo la lluvia y con el barrido se hacen evidentes rastros o huellas, por ejemplo líneas, saltos de barrido o ruidos.
Al funcionar los limpiaparabrisas en con el vidrio seco se reduce la vida útil de las plumillas dado que el caucho sufre daños irreparables que pueden ocasionar rayones el vidrio.